YSONEWS Nº. 5 - ACTUALIDAD CIENTÍFICA

Efectos de la alimentación restringida circadiana sobre parámetros del síndrome metabólico en sujetos sanos

ACTUALIDAD CIENTÍFICA

Efectos de la alimentación restringida circadiana sobre parámetros del síndrome metabólico en sujetos sanos

ABSTRACTO

Estudios experimentales indican que la homeostasis de energía para el reloj circadiano en los niveles de conducta, fisiológico y molecular enfatizan que el momento de la ingesta de comida puede desempeñar un papel significativo en el desarrollo de la obesidad y obesidad central. Por tanto, se podría utilizar el restablecimiento del reloj circadiano gracias a la restricción de energía circadiana mediante la ingesta de comida por la mañana o por la noche como un nuevo enfoque para prevenir la obesidad, síndrome metabólico y enfermedades relacionadas. El estudio incluyó a voluntarios libres que, previa autorización y consentimiento informado, aceptaron tomar la mayoría de las comidas totales diarias (aproximadamente 2000 Kcal./día) por la noche (4 semanas) o por la mañana (4 semanas). De 22 adultos, la mitad se seleccionó de manera aleatoria mediante números generados por ordenador para comer por la mañana, y la otra mitad por la noche, después de las 20:00 horas. El patrón de ingesta se cambió después de 4 semanas de intervención y un período de “lavado” de 4 semanas y se les recomendó a aquellos que comían por la mañana hacerlo por la noche y viceversa. Se utilizaron cuestionarios validados para evaluar las ingestas de comida, la actividad física y la ingesta de alcohol y tabaco. La exploración física incluyó la medición del peso corporal, la altura y la presión arterial (PA) con un esfigmomanómetro. Se registraron datos a ciegas con regularidad en todos los sujetos al empezar el estudio y durante el seguimiento. Se recogieron muestras de sangre después de un ayuno nocturno para analizar la glucosa en sangre y la Hb1c. La alimentación por la noche se asoció a un aumento significativo del peso corporal en 0,80 kg (P < .001), el índice de masa corporal (IMC) en 0,30 kg/m2 (P < .001) y la circunferencia de la cintura en 1,13 cm (P < .05). La alimentación de la misma cantidad de energía por la mañana no se asoció a ningún cambio significativo en el peso, el IMC o la circunferencia de la cintura (P > .500). Un aumento menor en las tres variables se asoció a la alimentación por la mañana en comparación con la alimentación por la noche (P < .05). La PA sistólica aumentó ligeramente en la alimentación por la noche y se redujo en la alimentación por la mañana, con una diferencia entre las dos respuestas de 1,55 mmHg (P < .05). La glucemia en ayunas era más baja en la alimentación por la mañana que en la alimentación por la noche (74,86 en comparación con 77,95 mg/dl, t emparejado = 4,220, P < .001). La Hb1C aumentó con la alimentación por la noche en 0,28 (de 4,45 a 4,73; t = 9,176, P < .001), pero disminuyó con la alimentación por la mañana en 0,077 (de 4,53 a 4,45; t = -6,859, P < .001). La diferencia en la respuesta de la Hb1C entre la alimentación por la mañana y por la noche también es significativa a nivel estadístico (t = -11,599, P < .001). Comer por la noche puede predisponer a tener obesidad y obesidad central y aumenta la glucemia en ayunas y la Hb1c que son indicadores del síndrome metabólico. Por el contrario, comer por la mañana puede disminuir la Hb1c y la PA sistólica, lo cual indica que podría proteger contra el síndrome metabólico.


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